Verano emocional: cómo gestionar el malestar físico y emocional del lipedema y el linfedema

 
Verano emocional: cómo gestionar el malestar físico y emocional del lipedema y el linfedema

El verano está asociado al descanso, la alegría, la libertad corporal. Pero para muchas personas que conviven con lipedema o linfedema, esta estación puede estar cargada de incomodidad física y también de un peso emocional silencioso.

Las altas temperaturas agravan los síntomas: más hinchazón, dolor, fatiga o pesadez. A eso se suma el impacto de ver el cuerpo expuesto, en bañador o ropa ligera, y la sensación de no encajar en los estándares estéticos que impone el verano. Todo esto puede afectar la autoestima, provocar frustración y generar un profundo malestar emocional.

En FEDEAL, creemos que también hay que hablar de esto. El bienestar no es solo físico: cuidar la salud mental es igual de importante. Aquí compartimos algunas claves para acompañarte también en lo emocional.

Valida lo que sientes

No hay nada de superficial en sentirse frustrado o triste por los cambios en el cuerpo. El dolor crónico, la inflamación visible o las limitaciones que impone la enfermedad afectan directamente la imagen corporal y el estado de ánimo. Permitirse sentir, sin juzgarse, es el primer paso para gestionar el malestar.

No te compares

Las redes sociales en verano están llenas de cuerpos “perfectos”, sonrisas constantes y filtros que suavizan todo lo que la vida real no puede. Muchas de esas imágenes están retocadas, son fruto de poses, luces, edición… y a veces incluso de cirugías estéticas que no se cuentan. En algunos casos, influencers que decían haber logrado sus cuerpos solo con dieta y ejercicio han perdido la vida en quirófano durante procedimientos como liposucciones. Esa doble moral vende estándares irreales y genera un daño profundo.

Cada cuerpo tiene su historia. Y ninguna se resume en una foto. Tu valor no está en parecerte a un ideal ajeno, sino en lo que eres, en lo que atraviesas y en cómo te cuidas, con verdad y con respeto hacia ti.

Elige lo que te hace bien

No hay obligación de hacer lo que todos hacen. Si te da paz quedarte en casa con ventilador y libro, está bien. Si quieres ir a la playa en pantalón largo, también. Y si lo que deseas es que te vean tal y como eres, sin miedo a lo que digan o cómo te miren, también está bien. Elige desde tu seguridad, desde lo que te haga sentir libre y en paz. Elige desde la comodidad, no desde la exigencia. El autocuidado también es escuchar lo que tu cuerpo y tu mente necesitan.

Rodéate de espacios seguros

Comparte con personas que te acepten y comprendan. Participar en grupos de apoyo, hablar con otras personas que tienen lipedema o linfedema, puede ser muy reconfortante. Saber que no eres la única persona que tiene linfedema o lipedema cambia la experiencia de la enfermedad.

Revisa tu relación con la comida

El verano suele venir acompañado de más encuentros sociales, comidas fuera de casa y una exposición mayor a comentarios ajenos. Muchas personas con lipedema, en particular, han crecido escuchando frases como «tienes que cerrar el pico» o «eso te pasa por comer mal», lo que alimenta una relación dolorosa y castigadora con la comida.

No es raro sentir culpa al comer, miedo a disfrutar o vivir como si se estuviera en una dieta eterna. Esta relación dañina no solo afecta la alimentación, sino también la autoestima y la salud mental. Es fundamental romper con esa dinámica. Comer también puede ser un acto de autocuidado, de nutrición emocional, de conexión social. No mereces vivir el verano con miedo al plato ni al juicio.

Empieza por tratarte con más amabilidad. Escucha tus señales, honra tus decisiones y, si lo necesitas, busca acompañamiento profesional con enfoque en salud en todas las tallas. Tu cuerpo merece respeto, y tu salud emocional también

Busca ayuda profesional si la necesitas

Si el malestar emocional persiste, si sientes ansiedad, aislamiento o tristeza continuada, pide ayuda. La salud mental también es parte del tratamiento. Psicólogos especializados en dolor crónico o enfermedades visibles pueden ayudarte a gestionar mejor esta etapa.

El verano puede ser un reto, pero también una oportunidad para reconectar contigo, a tu ritmo, sin exigencias externas. En FEDEAL seguimos trabajando para visibilizar todas las dimensiones del lipedema y el linfedema, porque el bienestar también pasa por sentirnos acompañados en lo que no siempre se ve.

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