Avances en la prevención del linfedema causado por cirugía axilar

Avances en la prevención del linfedema causado por cirugía axilar

La cirugía axilar para tratar el cáncer de mama es responsable de numerosos casos de linfedema alrededor de mundo. Se estima que entre el 29 y el 49% de las personas sometidas a esta intervención, conocida como linfadenectomía o vaciamiento axilar, desarrollan el linfedema.

Desde hace unos años y hasta la fecha, se viene utilizando una técnica diagnóstica para determinar si la linfadenectomía es estrictamente necesaria, lo que implica una reducción del riesgo de linfedema posterior. Se trata de la biopsia selectiva de ganglio centinela, en la que se extirpan uno o varios ganglios centinela (aquellos primeros a los que el cáncer puede extenderse) para su posterior análisis.

No obstante, esta biopsia no aplica para todos los pacientes, ya que diagnósticos previos mediante exploración o ecografía pueden establecer sin duda la afectación de los ganglios y entonces se procede directamente a la linfadenectomía. Aún así, la biopsia selectiva de ganglio centinela también puede ser el origen de linfedema entre el 5 y el 7% de los casos.

En su más reciente número, la Revista de Senología y Patología Mamaria resalta los avances en las técnicas destinadas a prevenir el linfedema en los casos de linfadenectomía axilar y de biopsia selectiva de ganglio centinela.

La primera de las técnicas que expone es el Mapeo Axilar Inverso (ARM, por sus siglas en inglés). “El concepto fundamental del ARM -indica la publicación- se basa en el supuesto de que la extremidad superior y la mama tienen sus propias vías discretas de drenaje linfático a través de la axila. Aunque se ha demostrado que existen interconexiones entre ambas vías”. A partir de este supuesto, se utilizan medios de contraste que se inyectan en el sistema linfático para determinar estas interconexiones y facilitar al cirujano un mapeo de los vasos que debe preservar para evitar el linfedema posterior.

Esto ha abierto las vías a formas complementarias de prevenir el linfedema sobrevenido a los procedimientos en los casos en los cuales el ganglio centinela también sea parte del drenaje linfático del miembro superior. A este respecto, la revista subraya que los estudios previos determinaron que “una vez resecado el ganglio, podría realizarse una anastomosis linfático-venosa inmediatamente después como procedimiento profiláctico secundario”. De acuerdo con los primeros análisis en la aplicación práctica de este principio, se han reducido a cero los casos de linfedema secundario en este tipo de biopsias.

Nuevas técnicas

Por otra parte, el artículo de la revista señala que “con el advenimiento de las técnicas microquirúrgicas fue posible disponer de nuevas técnicas para el tratamiento del linfedema, englobadas dentro de la categoría de procedimientos fisiológicos.”

Dentro de las nuevas técnicas, la publicación resalta el Enfoque de Curación Microquirúrgico Linfático (LYMPHA, por sus siglas en inglés), “que consiste en anastomosar (conectar) los vasos linfáticos del brazo a una rama colateral de la vena axilar en el momento de la disección ganglionar. Esto se ha demostrado útil en la prevención primaria de linfedema y en la reducción de complicaciones tempranas”. Resultados informados durante cuatro años en 74 pacientes sometidos a este procedimiento han mostrado que solo tres desarrollaron linfedema.

Aunque aún faltan años de estudio para contrastar estos resultados y darlos por completamente válidos, arrojan una luz de esperanza con respecto a las perspectivas científicas de prevención del linfedema secundario por cáncer de mama.

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